Pateando al muerto
Foto www.infobae.com No es fácil polemizar con los muertos. Lo digo por experiencia. El vivo es el que tiene las de perder. Hace como un año o dos me vi obligado a salirle al paso a los inventos con que los chupamedias de un muerto querían exaltarlo. Viéndose un poco faltos de méritos para endilgarle, decidieron que si me enlodaban con calumnias le darían brillo al muerto. Para eso, no tuvieron reparo en lanzar ciertas acusaciones infundadas que ni el muerto se había atrevido a hacer en público. Casi siempre he procurado seguir al pie de la letra las enseñanzas de García Márquez, sobre la conveniencia de no decir ni “mú” sobre los elogios o los ataques. Pero con los chupamedias la cosa ya entraba en los terrenos de la sevicia –porque yo andaba lejos y pensaban que no me defendería–, y mis amigos empezaban a preocuparse y los menos enterados ya querían darle crédito a la terca “post-verdad”. Así que al final me vi obligado a escribir un artículo para recordarles a todos que